Durante los JJOO de 1984 Nike puso en la ciudad billboards (publicidad exterior de gran formato) de sus zapatillas empleando al jugador de los Oackland Raiders de la NFL, Lester Hayes, como cara del producto. En este segundo anuncio, se muestra otro nuevo mensaje de la publicidad de Nike: “Dejamos nuestros miedos se interpongan en el camino de nuestras esperanzas. Es cierto que la publicidad a veces juega en el límite de la simbología, chandal barcelona 2022 y por eso hay que entenderla y no censurarla (salvo casos extremos). Era la marca de salida para las dos opciones que iba a emplear la CUP. Las personas creen que las marcas solamente sirven para hacer más caros los precios, mas en realidad las marcas se pueden comprender un excelente filtro de alta calidad. John Phillips sabía el tipo de jugadores que Nike quería, tipos con personalidad, que entendieran lo que significaba la lealtad, y gente que no fuera sólo a por el dinero.
Después de ese éxito, Nike decidió escoger jugadores clave de todo el país para comenzar una estrategia regional. Los míticos Portland de Bill Walton ganaron la NBA y varios jugadores de ese equipo calzaban Nike: Sidney Wicks, Geof Petrie y Dave Twardzik. Con ese crédito ordenó 6000 pares de Tiger Cortez, pero ahora le pidió a Onitsuka que pusiera el logo de Nike en cada zapatilla. En octubre de ese año, Knight voló a Japón para buscar una nueva línea de crédito de una empresa japonesa llamada Nissho Iwai. Las zapatillas llegaban de Japón y Bowerman las mejoraba y las adaptaba a los requerimientos de los atletas. Las chaquetas son parte del invierno todo táctico, que lucha contra el frío y la lluvia incluso en las situaciones más extremas. El negocio estaba estructurado de forma que el grupo entero compartirían unos royalties basados en los beneficios de Nike. Alguno podría pensar que eso no es suficiente, y que Nike no puede perder ni un céntimo de sus beneficios potenciales. La FLA requiere que los firmantes voluntariamente auditen a sus proveedores, y luego la FLA hace su propia monitorización en paralelo con otras iniciativas como la Ethical Trading Initiative (ETI) en el Reino Unido.
En 1982, como indican Strasser & Becklund (1991), uno de los empleados clave de la compañía, Jeff Johnson, escribió una carta donde planteaba que Nike estaba haciendo demasiados endorsements (1500 atletas recibiendo subsidios, viajes y/o equipación) y que había una relación de rendimientos decrecientes sobre la inversión. Él ya había sospechado que Onitsuka iba a romper su relación con Blue Ribbon Sports en 1971, cuando un empleado japonés les visitó. Todavía estamos esperando a que haya algún deportista o celebridad que rompa con Nike porque a él o a ella no les gusta la actuación de Nike ofendiendo a la comunidad de trabajadores que viven en condiciones que no cumplen la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Incluye la compra de fotografías con derechos de uso para dar la máxima calidad y acabado. Chaqueta con corte normal y cierre completo con cremallera acabado en cuello alto. Fíjate que su precio normal es de 44,37 euros ¡ El tribunal falló a favor de los de Oregón, pero permitió a ambas corporaciones vender sus productos en Estados Unidos, eso sí, las Tiger Cortez de Onitsuka debían cambiar su nombre, ya que no podían confluir con las Nike Cortez. En la siguiente foto puede verse ambas zapatillas (prácticamente idénticas): Nike Cortez (arriba) frente a Tiger Corsair (abajo).
Además, en realidad ya Nike estaba poniendo su logo en las Tiger Cortez. En 1978 las ventas de Nike en todo el mundo eran de unos $50 millones, y en 1980 de $269 millones. Además, organizarían un viaje para los entrenadores y sus familias con el fin de que éstos se sintieran parte de la “familia” de Nike. En el mismo viaje compró zapatillas de basket, de wrestling y otras casuales de otros fabricantes japoneses (Firsch, 2009). Esto enfadó a Onitsuka, que sentían que Blue Ribbon Sports habían roto el acuerdo de exclusividad al que habían llegado y además se había aprovechado de la relación con Onitsuka para abrir mercado en Estados Unidos y lanzar ahora su propia marca. Knight quería más. No le bastaba el acuerdo de exclusividad territorial suscrito para asegurarse la distribución en el oeste del país en 1964, ni el de exclusividad de zapatillas de atletismo para todo Estados Unidos suscrito en 1966 (Strasser & Becklund, 1991). El buen hacer de su equipo de trabajo estaba provocando que las ventas crecieran, pero a veces los pedidos no llegaban a tiempo.