Conocido como Lo Sublime Terrible, sus contemporáneos alabaron la fuerza con que el aragonés plantea estos temas. Ya desde una fase temprana se optó por descartar los planes que incluyesen excavación de largos túneles, dado su naturaleza poco práctica. Se llegó a la conclusión de que la mejor opción sería asesinar sigilosamente al mayor número de alemanes y ucranianos posible durante un periodo máximo de una hora.